jueves, 13 de diciembre de 2012

Bitácora de un gato en París: ¿Qué es la felicidad?

¿Qué es la felicidad? Ahora que lo pienso, francamente, no tengo ni idea. Y es mejor así, porque la felicidad no se reflexiona, se goza. Quizá sea esto que siento en este instante, pero no... la felicidad ha sido ese otro instante, el de hace un rato, en el que no me percaté que, precisamente, estaba siendo feliz. Ha sido ese otro instante en el que no me di cuenta que dos semanas de esfuerzo -y quizá más tiempo que ese- habían terminado con dos exposiciones, una en inglés y otra en el idioma local, ambas buenas (según creo), porque gocé ese instante, porque me hizo sentir el ser más exitoso del mundo, por más que ahora, que lo reflexiono, sepa que esto de estar en París estudiando (porque estudiar es mi prioridad) aún empieza, pues los finales del semestre académico están a la vuelta de la esquina.
Cuando llegué a Francia y tuve mis primeras clases, pensé que todo iba a ser complicado... la soledad, el extrañar y lo duro de la experiencia me hacían creer ello, y hoy, con todo lo que he avanzado, hay una luz al final del túnel que me hace confiar en que luchando la puedo hacerla linda, que hay que pelear hasta quemar el último cartucho.
La felicidad hoy fue que una argentina, con la que expuse en inglés, me dijera "se te ve relajado" antes de empezar nuestra presentación (y que parecía que tuviera 23 años XD), o que una francesa, quizá la mujer más linda que he visto en mi vida, me sonriera mientras esperaba mi turno para hablar en su lengua natal frente a un salón repleto de sus paisanos, y que luego, con la confianza del que está alegre, me le acercara y escuchara salir de sus labios: "se te entendió. Fuiste claro. Me gustó lo que dijiste más que lo que explicaron otros integrantes de tu grupo". Y voilà, la felicidad fue luego despedirme de ese mismo grupo, entre risas, y que me deseara unas buenas vacaciones, o después, cuando caminaba, fumando un cigarrillo, hacia la estación Rue Monge y me daba cuenta que estaba a un paso de Las Arenas de Lutèce. La felicidad, fue, por extensión, correr allí como un loco, jugando como un niño a hacer la de Rocky en sus gradas, y terminar en una de sus bancas, satisfecho, donde en estos momentos escribo estas líneas y reflexiono, y pienso que hace poco más de un mes estaba en este mismo lugar sintiendo que no iba a poder con la universidad, que estaba solo y que me urgía desesperadamente un abrazo, así me lo diera un fantasma o cualquier outsider.


La felicidad, ¿qué es? Ahora que lo pienso, francamente, no tengo ni idea, pero eso poco importa, pues lo verdaderamente importante es solo este instante, en el que la sonrisa aún está congelada en el rostro, como prueba de que se gozó con ganas... y luego seguir, avanzar, sacarse la mierda para poder volver a tener momentos intensos y gratificantes sin saber que se les está viviendo hasta después de mucho rato, hasta que llega la calma que antecede a la vida que avanza.

Sentirme vivo - Gianmarco

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