sábado, 2 de abril de 2011

La mentira

Ya sea para quedar bien, para salir de una situación medianamente jodida o no lastimar a alguien, cuando se miente se está negando la verdad y eso, en general, no es lo correcto, ¿o sí? Si bien no todas las mentiras son deliberadamente dañinas, hay quienes hacen de ella un estilo de vida o la utilizan para sentirse mejor y encontrar en el otro alguna respuesta que la sinceridad jamás podría generar.
Hace poco tuve una experiencia bastante mala con una mujer a la que consideraba mi amiga y que, lejos de ser sincera, me inventó una excusa tras otra con el fin de ¿no encarar el problema?, ¿no admitir su culpa?, ¿no hacerme daño?... en un asunto que finalmente acabó con nuestra relación (ya escribiré sobre esto cuando tenga ganas... bueno es algo como este post de Mafa y su blog). Definitivamente, si hubiera dicho la verdad desde el inicio, aún podríamos tener una relación amical... y eso, al menos para mí, es bastante triste.


"¿Está pensando que su pareja es un mentiroso patológico? No se preocupe, no lo es, solo se trata de un gran imbécil". Así empieza un artículo publicado por The Last Psychiatrist (y que encontré traducido en depsicologia.com). Y dice:

Al mentiroso patológico se lo suele conocer en el ambiente psiquiátrico como pseudología fantástica o mitomanía. Pero nada tiene que ver con el mentiroso de siempre de la cultura popular, sino que mentir de una forma patológica es cuando alguien se arma todo un complejo de mentiras que internamente son consistentes, y que pueden ser arrastradas durante años y que no tienen un propósito o fin conciente... El mentiroso patológico sabe que está mintiendo, pero no puede evitarlo, y luego termina creyendo lo que dijo. Si él inventa que es un agente secreto que sabe 18 formas de matar a una persona con una mano, luego terminará creyéndolo.

Según la ensayista Delia Steinberg, "En general encontraremos un factor psicológico común a todos los casos, con los matices de rigor: es el miedo. Esa es la verdadera enfermedad y las mentiras son sus síntomas o sus efectos declarados... Intervenir y expresar su auténtica forma de pensar es comprometerse ante sí y ante los demás y eso requiere mucho valor. El miedo al riesgo llega, en casos, a una dolorosa cobardía, que sigue siendo miedo al fin y al cabo".

La mentira entraña todos los miedos juntos: el miedo a uno mismo, a la gente, a la vida y sus circunstancias, a las situaciones que debemos enfrentar hasta conquistarlas. La mentira es una forma de falsedad que intenta ver las cosas de otra manera de como son, en beneficio propio: si yo no puedo cambiar lo que me hace sufrir –o no sé hacerlo– lo pinto de otro color y me imagino que ya lo he modificado.

"Uno puede mentirle a todo el mundo, menos a sí mismo", eso es lo que plantean muchos, y la verdad es que las personas sí pueden mentirse a sí mismas, por las mismas razones que le mienten al resto: para no tener que enfrentar una realidad que podría escapárseles de las manos, para sentirse bien respecto a lo que se encuentran haciendo. Quizá al comienzo se dan cuenta de que todo es una yuxtaposición de razones sin fundamento, pero, a la larga, terminan creyéndolas ciertas.
La mentira, cuando es descubierta genera una desconfianza atroz capaz de llevarse abajo cualquier relación y bueno, a nadie le gusta estar solo, ¿no? Ahora, también existen aquellas personas que prefieren escuchar una excusa o un falso argumento y así evitar una verdad tal vez dolorosa o problemática, como en la canción de Joaquín Sabina que reza: "Yo le quería decir la verdad por amarga que fuera, contarle que el universo era más alto que sus caderas, le dibujaba un mundo real no uno color de rosa, pero ella prefería escuchar mentiras piadosas".

Mentira - Manu Chao

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